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Falsos voluntariados caso: Pura Energía

2 Oct

Hay pocas cosas que el diccionario no puede explicar, es más lo que no está en él simplemente no existe. Tenía dudas si realmente lo que pensaba calzaba con las definiciones preestablecidas en el castellano y en esta loca la realidad; no me llené de sorpresas, pues simplemente al consultar esos conceptos de los que dudaba lo que hice fue ratificar mi verdad.

Trabajo en un ambiente que tiene como banderas la solidaridad, generosidad y el altruismo, y que promueve la salud y fortalece un mensaje de ayuda desinteresada para miles de pacientes que requieren una única alternativa terapéutica para salvar sus vidas. He escuchado como muchos han fallecido en una lista de espera, otros por su parte por severas complicaciones de salud, todas ellos fallecieron conformándose a tener que vivir esperando por algo que parece tan difícil hoy en día: dar.

Para que este mensaje -que les mencionaba en líneas anteriores- cobre mayor vida, nos servimos de actividades especiales como pueden ser deportivas o recreativas, y así abordar a la mayor cantidad de personas posibles para hablarles acerca de la donación y el trasplante desde la empatía y de la cantidad de cosas que hoy eres capaz de hacer y otros y que el cambio está en tus manos (ojo, no es una evangelización simplemente es un entendimiento del otro desde mi realidad). Pues bien, este año pensamos en contactar a los activista de yoga más conocidos actualmente como lo son Pura Energía, ubicado en los Palos Grandes, comandado por los Tintori  y quienes efectúan casi todas (por no decir todos) los eventos de yoga en la capital.

Pues bien, tocamos sus puertas y manifestaron disposición, hasta allí todo bien. Accedieron a la solicitud de donación de una de sus clases (valorada en unos cuantos millones) para que nos permitan estar el mismo día que ellos en la plaza mientras hacen el Yoga y brindar información a los asistentes. Le hicimos la petición de que se colocaran una camisa (muy bonita además) para demostrarle a los yogadictos que estamos conectados con la misma causa y lograr mayor feedback y allí dieron el parao: “esto es voluntariado, no me estás pagando”. Ok, el primer chaparrón.

Estamos conscientes que es su trabajo, se lo respetamos y aplaudimos porque han sabido consolidar un nombre en un grupo bastante grande de personas asiduas a esta actividad deportiva, pero caramba si un voluntariado parte de estos principios de apatía y avaricia, ¡qué equivocada he estado durante todos estos años!. Les juro que nunca los obligamos a dar la clase la respuesta de ellos siempre fue afirmativa en un principio, sin embargo como que luego se les olvidó que cuando prestas un servicio lo haces a toda la sociedad por igual sin esperar el reconocimiento de todo lo que haces, sino conformándote del éxito que tuvo y el alcance.

Continuamos.

Luego de cientos de llamadas para patrocinio, miles para refrigerios y un pare usted de contar de invitaciones empezó la actividad de Yoga en la Plaza, con lo que yo no contaba sería con la actitud de “Te jodiste porque no pagaste, así que te la calas”. Creo que la fibra de que el yo es espiritual y no material la tienen ligeramente invertida.

No exagero al mencionar que nos desplazaron en una actividad que contó con el apoyo y patrocinio de empresas privadas, además de una planificación detallada y convocatoria para el personal que hace vida en la organización. Tal es el caso, que la “instructora” invitaba a que las personas se fueran después que rifaran los premios que teníamos (es decir, lo único importante para ella, la instructora materialista)  pues esto no era obligatorio. Es cierto, no es obligatorio querida “instructora” pero el compromiso de un voluntario, o sea el trabajo que estabas haciendo según indicación de Pura Energía, era de ayudar a promover lo mismo que tú en tu clase haces (o le haces creer a las personas que se la impartes) SALUD y BIENESTAR, ¿te parecen conocidas esas frases de algún libro de Yoga que te hayas leído?, sino la relectura siempre es buena, te lo aconsejo.

En fin, el cuento de ella es que terminó su clase, dio media vuelta y se fue. Ah y si se preguntaban por las camisas, ni las llevo ni se las puso, claro, como no pagué, entonces la memoria mágicamente se pierde. Invitó a que me acercara a los asistentes a la actividad cuando ellos hacían sus ejercicios de relajación, así con los ojos cerrados y acostado fue que ella consideró propicio el primer contacto.

Estamos en un mundo en el que prima el capital, un trabajo que te proporcione dividendos para vivir  es una cuestión que no podemos cambiar, nadie tiene la llave para ello. Sin embargo la llave que sí tenemos es la llave  para movilizar cuerpos y corazones utilizando la voluntad para solidarizarnos con el otro, porque les aseguro que nada va a cambiar, si nosotros mismos no empezamos a buscar un cambio en nuestras actitudes, en los servicios que prestamos y en el modo de vida que decidimos tomar. “El mundo necesita gente que ame lo que hace” dice Acción Poética, no nos dejemos llevar únicamente por lo que llena nuestros bolsillos, sino también nuestro espíritu.

Sigo creyendo que aún existen voluntarios de verdad, los que define la Real Academi Española, por favor muchachos, no me dejen mal.